La militancia de la Juventud Peronista de Corrientes manifiesta su más enérgico repudio a los sucesos ocurridos el sábado 31 de mayo, durante el desarrollo del Campeonato de Fútbol Sub 15 que se jugó en la cancha del Club Sportivo.
Nos referimos a la vergonzosa actitud protagonizada por la Asociación Correntina de Fútbol, representada por el árbitro Gerardo Alarcón y los asistentes Federico Encinas y Tomás Cabrera; quienes prohibieron al Club Deportivo Montaña usar su habitual camiseta con el escudo de la Municipalidad de la Ciudad de Corrientes por una simple orden que -según manifestaron- “bajó de la propia Liga Correntina de Fútbol” ya que la utilización de las camisetas con la leyenda Gobierno del Pueblo sería “mal visto” por las autoridades del Gobierno Provincial.
Lamentamos que la niñez haya sido víctima, una vez más, de la necesidad política. Lamentamos que la inocencia haya sido raptada por la soberbia y el vasallaje que hace una década y media hunden a nuestra Provincia en los más dolorosos padecimientos sociales.
Los chicos del Club Deportivo Montaña, del Club Villa Raquel o de cualquier otra institución deportiva, los trabajadores ni nuestros adultos mayores pueden ser tomados como botín de guerra ni deben ser considerados siervos del capataz de turno.
Es repudiable toda bajeza que pretenda arrebatar a los niños la ilusión del juego; que le prohíba salarios justos a los trabajadores y le quiten dignidad a nuestros abuelos por el simple hecho de no llevar el color verde con la leyenda "Arriba Corrientes" o "Vamos para Adelante”. Hacia dónde?
Actitudes deleznables como las que ocurrieron el sábado 31 de mayo y el domingo 1° de junio en Villa Raquel, son ejemplos del más vil de los retrocesos institucionales al que nos tienen sometidos a los correntinos.
A 31 años del regreso de la Democracia, que tanta sangre y ausencias inducidas nos costaron a los argentinos; en la Provincia de Corrientes el pluripartidismo, la libertad de acción, de expresión y las conquistas sociales todavía siguen secuestradas.
El tan pregonado diálogo, el consenso y el desarrollo de nuestra Provincia no deben ser puestos en riesgo por la mezquindad de quien, lejos de ejercer el poder, practica el autoritarismo.
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